Carla Roseblack: la modelo chilena de Arsmate que rompió récord con 120 hombres

En un mundo donde los cuerpos femeninos siguen siendo terreno de controversia, Carla Roseblack decidió desafiar todos los prejuicios. Modelo chilena, creadora de contenido erótico y animalista declarada, se convirtió en noticia internacional tras intentar lo que pocos se atreven siquiera a imaginar: batir el récord Guinness de relaciones sexuales con más hombres en un solo evento.

En menos de cinco horas, Carla mantuvo relaciones con 120 personas en un motel de Santiago. La escena, más allá del morbo, fue una operación logística y médica que despertó interés mediático, rechazo moralista y también ovaciones. Para ella, no se trata solo de romper un récord: es una forma de explorar los límites del cuerpo, la visibilidad sexual y el control sobre su propia narrativa.

¿Quién es Carla Roseblack?

Carla Roseblack es una joven de 26 años nacida en Chile. Su nombre comenzó a circular en plataformas como Arsmate, donde ofrece contenido exclusivo para adultos, pero su figura trasciende lo puramente visual. En entrevistas, se presenta como una mujer autónoma, segura y absolutamente dueña de sus decisiones. A eso se suma un componente que rompe con los estereotipos clásicos del rubro: Carla es activista por los derechos animales.

En sus redes, convive la sensualidad con escenas cotidianas junto a sus cuatro cerditos, a quienes cuida como parte de su familia. Este doble perfil —creadora erótica y defensora de animales— ha generado fascinación y debate entre sus seguidores. No se victimiza ni pretende caerle bien a todo el mundo: “Yo hago lo que quiero, y eso ya molesta”, ha dicho en transmisiones de Instagram.

El evento: 120 hombres, una cámara, y una sala en Santiago

El pasado 2 de junio de 2025, Carla convocó a un grupo de hombres para participar de su desafío personal: romper el récord mundial de relaciones sexuales consecutivas. La actividad fue realizada en un motel capitalino con participación voluntaria y anónima: los asistentes debían usar pasamontañas para preservar su identidad.

La propuesta era clara: Carla enfrentaría su resistencia física y mental para concretar 120 relaciones en un tiempo estimado de 5 horas. Pero lo hizo en 4 horas y 25 minutos, pese a que en la mitad del evento debió detenerse por una descompensación.

“Se me subió la presión. Me senté, me tomé un té, me midieron signos vitales y seguí”, dijo en su live post evento.

El procedimiento fue acompañado por un equipo médico, cámaras de seguridad, y una planificación casi quirúrgica del orden de participantes. A cada hombre se le asignó un turno, una norma básica de higiene, y un tiempo máximo de ejecución. Fue un acto voluntario, sin intercambio monetario por parte de los asistentes.

Cómo se organizó el “récord sexual” de Carla Roseblack en Chile

Detrás del desafío había semanas de planificación. Carla gestionó el lugar, se hizo chequeos médicos previos, y transmitió en redes parte del proceso. Las reglas eran simples, pero estrictas:

  • Los hombres debían firmar consentimiento y asistir con pruebas de ITS recientes.

  • Se usaron preservativos en todos los casos.

  • Hubo un protocolo de seguridad con limpieza entre cada participante.

  • Los asistentes no podían grabar ni divulgar imágenes.

El evento fue documentado y se encuentra en proceso de postulación oficial al libro Guinness de los Récords, aunque la categoría aún no existe de forma oficial. Carla busca que su caso abra una nueva línea de registros ligados al sexo consensuado y documentado, desafiando así los límites del espectáculo, el morbo y la estadística.

Reacción en medios y redes: entre el juicio y la fascinación

La hazaña no pasó desapercibida. Fue cubierta por medios como La Cuarta, Radio Carolina, La Hora y varias plataformas internacionales que replicaron el fenómeno. Mientras algunos titulares celebraban la “proeza física y sexual”, otros destacaban el componente ético del evento. Pero en redes sociales, la conversación fue otra cosa.

Carla recibió tanto apoyo como ataques. Desde comentarios misóginos y burlas, hasta aplausos por “hacer lo que ningún hombre haría con tanta presión encima”. Ella, en vez de polemizar, agradeció a quienes entendieron que “no se trata de ser promiscua, sino de ser libre”.

“Estoy feliz, fue muy duro, pero pude. Ahora vamos por el próximo”, dijo en sus historias, donde confirmó un nuevo evento con 50 participantes, esta vez de manera más controlada y con registro más artístico.

¿Qué dice esto sobre Carla Roseblack?

Más allá del récord, Carla representa una nueva ola de mujeres que toman el control de su sexualidad como un acto político, económico y corporal. Ella no se define como actriz porno ni como influencer. Se define como una mujer libre. Y en ese punto, incomoda. Porque no encaja ni en el mundo mainstream ni en la marginalidad erótica.

Además, su activismo animalista no es decorativo. En paralelo a su evento sexual, subió un video alimentando a sus cerditos, con la frase: “Ellos me miran igual que siempre. Ellos no juzgan”. El contraste fue tan viral como simbólico.

¿Qué sigue para Carla Roseblack?

Lejos de tomar un descanso, Carla ya anunció sus próximos pasos. Si logra el reconocimiento de Guinness, organizará una gira latinoamericana con charlas sobre sexualidad y autocuidado. También planea abrir un canal donde se mezclen testimonios, sexualidad responsable y temas de salud mental.

Sus próximos movimientos incluyen:

  • Un nuevo evento con solo 50 participantes, más selectivo y temático.

  • Continuar con contenido en Arsmate y redes propias.

  • Postulación oficial al Guinness.

  • Explorar nuevas plataformas digitales donde no la censuren.

  • Visibilizar la importancia del consentimiento y la salud sexual.