Eventos corporativos ¿Por qué los deportistas ganadores dan charlas motivacionales?
Eventos corporativos ¿Por qué los deportistas ganadores dan charlas motivacionales?
¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen los oradores motivacionales para capturar a la audiencia e impactar en ella? Por supuesto, no debe ser nada fácil o cualquiera lo haría; y dado que se trata de un trabajo bastante bien remunerado, podemos suponer que debe ser un verdadero desafío.
Pero si de algo podemos estar seguros, es que una de las principales encomiendas de todo orador motivacional consiste en dejar una impresión duradera; una que sea tan impresionante que su mensaje perdure días, semanas y meses aun después del evento. En pocas palabras, que resulte tan memorable que logre cambiar la vida de su audiencia.
Es aquí donde se separan los buenos oradores de los mediocres. Y es que muchos de ellos podrán tener una buena presencia y dominar el escenario, pero no cualquiera logra que su mensaje sea perdurable en el público. Igualmente, el oficio de un buen orador tampoco consiste únicamente en saber hablar en público, ni en ser emotivo. Ni siquiera consiste en tener una buena disertación. Todo eso ayuda, en efecto, pero no es lo más importante.
El verdadero secreto para ser un buen orador motivacional consiste en saber vender el discurso. Dicho de otro modo, el orador es un vendedor y su diatriba es el producto que está vendiendo. Ahora bien, como consumidores que somos, tenemos el concepto de que un vendedor es un maestro del engaño, aunque nada más alejado de la realidad. Un buen vendedor es aquel que se enfoca en la necesidad del consumidor y aprovecha cualquier oportunidad para satisfacer esa necesidad utilizando las bondades del producto en cuestión.
Así pues, un orador motivacional debe tener diferentes estrategias para lograr que el público compre su promesa. Para ello debe saber interactuar con el público y conocer a profundidad cuáles son los objetivos del grupo, es decir, para qué necesitan una charla motivacional, en primera instancia. De ahí que los mejores oradores motivacionales ofrezcan una visión rápida de las actitudes, comportamientos y mentalidades ideales para una organización de alto rendimiento.
Pero de nada sirve todo lo anterior si, desde el principio, la audiencia no cree en el orador. Y es que algo que debemos considerar es que un orador es también un vendedor de inspiración. Como tal, debemos estar convencidos de que sabe lo que vende, no sólo porque cuenta con los conocimientos y las palabras precisas, sino porque tiene la experiencia, porque ya ha pasado por lo que nosotros estamos pasando y sabe cómo salir con éxito de esa situación.
De ahí que muchos de los mejores oradores motivacionales sean atletas profesionales. ¿Por qué? La respuesta es bastante simple: no solo son los seres humanos más fuertes en el planeta, sino que han forjado su éxito enfrentándose a la adversidad y venciéndola. Eso es, prácticamente, a lo que se dedican: a esforzarse y vencer.
Así pues, un atleta es, casi por definición, un individuo que ha sabido superar todos los retos. Pero, más importante, es alguien que ha sabido superarse a sí mismo para convertirse en la mejor versión que puede haber de él.
Además, tan solo el hecho de ser profesional significa que ya es excepcional, toda vez que no es algo sencillo lograrlo. Un atleta profesional forma parte de un selecto porcentaje que ha sabido destacarse por medio del esfuerzo, pero también de sus habilidades y talentos.
Finalmente, en el mundo mediático en el que vivimos, no hay forma de poner en tela de juicio lo que nos dice un atleta profesional; de hecho, ya lo hemos visto: la evidencia de sus éxitos y sus fracasos están por todos lados: en los diarios, en el internet, etcétera.
En otras palabras, son oradores congruentes y que, mediante su experiencia profesional, nos han enseñado aun desde antes de subirse al escenario. ¿Recuerdas la admiración que sentiste por aquel atleta cuando logró vencer los desafíos de la competencia en el momento decisivo? Ahora imagina que este mismo individuo se presenta en una conferencia para hablarte del éxito o del esfuerzo, o del liderazgo.
Los atletas profesionales son seres humanos extraordinarios. Eso los convierte en oradores extraordinarios.
Otro factor importante es el hecho de que el deporte y los negocios son semejantes porque comparten los mismos principios. O, como alguna vez diría Jack Welch, antiguo CEO de General Electric: «El deporte y los negocios son el mismo juego». Ambos se enfocan en el éxito, en los resultados, en el rival, en el esfuerzo, en la competencia.
Así pues, cualquiera que sea el tema de su charla, de inmediato encontraremos semejanzas entre el discurso de un atleta con el tema empresarial. Es por eso que nunca faltan las metáforas y clichés de deportes en el entorno corporativo.
Por último, otra razón para que los atletas se conviertan en oradores motivacionales en eventos corporativos es por su gran capacidad para entender el concepto de «Equipo». De hecho, es casi un instinto innato en ellos, como una segunda naturaleza. Los atletas profesionales pueden capacitar a las personas de una empresa para que no solo se lleven bien, sino para que logren la grandeza de crear un equipo que sea más fuerte que la suma de sus partes individuales.
En el siguiente post te decimos cómo producir eventos sin riesgo