¿Has oído hablar de la preeclampsia? Es una complicación del embarazo que puede poner en riesgo tanto tu salud como la de tu bebé si no se detecta y trata a tiempo. Aunque puede parecer un término médico complicado, es fundamental que todas las embarazadas conozcan qué es y cómo identificar sus primeras señales.
En esta nota te explicamos qué es la preeclampsia, cuáles son sus factores de riesgo, cómo se diagnostica y, lo más importante, qué síntomas debes vigilar para actuar a tiempo.
¿Qué es la preeclampsia?
La preeclampsia es una condición que suele aparecer después de la semana 20 de embarazo y se caracteriza principalmente por presión arterial alta y presencia de proteínas en la orina. No se conoce aún la causa exacta, pero se sabe que afecta el funcionamiento de los vasos sanguíneos y la placenta, comprometiendo el aporte de oxígeno y nutrientes al bebé.
Se estima que entre un 3 y 5% de las embarazadas pueden desarrollarla. Cuando no se detecta a tiempo, puede derivar en parto prematuro, bajo peso al nacer e incluso complicaciones graves para la madre.
¿Quiénes tienen mayor riesgo de preeclampsia?
Aunque cualquier mujer embarazada puede desarrollar preeclampsia, existen algunos factores que aumentan las probabilidades:
- Es tu primer embarazo.
- Tuviste preeclampsia en un embarazo anterior.
- Tienes menos de 20 o más de 40 años.
- Existen antecedentes familiares de preeclampsia.
- Estás esperando gemelos o mellizos.
- Vives con obesidad, hipertensión crónica, diabetes o enfermedades renales.
- Sufres trastornos autoinmunes como lupus o síndrome antifosfolípido.
Conocer estos factores puede ayudarte a estar más atenta durante tu embarazo.
Síntomas de preeclampsia: señales de alerta
Es clave reconocer los primeros síntomas de preeclampsia para actuar rápidamente. Si notas uno o más de estos signos, consulta a tu médico de inmediato:
- Presión arterial igual o superior a 140/90 mmHg.
- Hinchazón en rostro, manos o pies, sobre todo si aparece de manera repentina.
- Dolores de cabeza persistentes.
- Alteraciones visuales, como visión borrosa, destellos o sensibilidad a la luz.
- Somnolencia excesiva o confusión.
- Dolor en la parte superior del abdomen, especialmente del lado derecho.
- Náuseas o vómitos que no se relacionan con las comidas.
- Zumbido en los oídos (tinnitus).
No todos los síntomas aparecen en todas las mujeres, por eso es importante acudir a los controles prenatales y comentar cualquier malestar, por mínimo que parezca.
Diagnóstico de la preeclampsia
El diagnóstico se realiza mediante una combinación de exámenes:
- Medición de la presión arterial.
- Análisis de orina para detectar proteínas.
- Exámenes de sangre para evaluar el funcionamiento de hígado y riñones.
- Ecografía Doppler, que puede hacerse entre las semanas 11 y 14, para identificar embarazos con mayor riesgo.
Un control prenatal adecuado permite detectar la preeclampsia de forma temprana y actuar rápidamente para evitar complicaciones.
¿Qué pasa si me diagnostican preeclampsia?
El tratamiento dependerá de la gravedad del caso y del momento del embarazo. En algunos casos basta con reposo, medicamentos y seguimiento frecuente; en otros, puede requerirse hospitalización o incluso inducir el parto si la vida de la madre o el bebé está en riesgo.
La buena noticia es que muchas mujeres con preeclampsia logran tener embarazos exitosos y bebés sanos, siempre que reciban el diagnóstico y la atención necesaria a tiempo.
Estar informada te protege
Conocer los síntomas de la preeclampsia y sus factores de riesgo puede marcar una gran diferencia. Mantén tus controles al día, comunícate con tu médico ante cualquier cambio y confía en tu intuición: nadie conoce tu cuerpo mejor que tú.